domingo, 17 de febrero de 2013

En mis zapatos...



La risa consigue amortiguar el dolor, pero nunca todo. Acallarlo tras una sonrisa, ocultarlo tras un mal chiste... no hace que este desapareza... desaparece par tí pero nunca para mi. Una caricia, cuando una lágrima salta casi sin querer ni amortigua jamás el dolor que callo. No leas mis sonrisas... solo intenta ser capaz de leer lo que hay entre ellas.

Conocer a una persona es fácil por lo que dice, por como actúa. Pero intenta conocerla por lo que calla, por lo que omite. En ese momento podrás decir que verdaderamente conoces a una persona.

Solo cuando estés en mis zapatos podrás saber lo que guardo, por qué lo guardo y sobre todo por qué sonrio.